La sangre no siempre se une

Zara Klein, una mujer del pueblo, se gana la vida vendiendo pasteles hechos a mano mientras cría a su hijo biológico, Nate Olson, y busca a su hijo adoptivo desaparecido, Kyle Olson. Veinte años después, Nate trae a Zara a casa después de lograr el éxito. En la superficie, actúa como un buen hijo, pero en realidad utiliza a Zara para aumentar su riqueza y reputación. Afortunadamente, el plan de Nate se ve frustrado por Kyle, quien fue adoptado por otra familia y ahora es conocido como Jared Locke.